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jueves, 13 de diciembre de 2012

Las otras víctimas del asteroide que mató a los dinosaurios


 La teoría más aceptada para explicar la desaparición de los dinosaurios sobre la faz de la Tierra dice que un enorme asteroide de 10 km de diámetro impactó sobre lo que ahora es la península del Yucatán, en México. La colisión provocó una devastación extrema que no solo acabó con los dinosaurios para siempre, sino que también afectó a muchas otras especies de mamíferos, aves, insectos y plantas, que nunca más volvieron a dejar su huella en el planeta.

 Una nueva investigación de la Universidad de Yale sugiere que el evento catastrófico fue especialmente duro para lagartos y serpientes, mucho peor de lo que se creía hasta ahora. Según explican en la revista Procedings of the National Academy of Sciences (PNAS) de la Academia Nacional de Ciencias de EE.UU., el 83% de estas criaturas no pudo sobrevivir al choque. Y cuanto más grande, peor sería su destino. Entre ellos, un lagarto recientemente identificado por los autores del estudio, el Obadamon gracilis.
 "El impacto del asteroide se considerado generalmente como responsable principal del fin los dinosaurios", afirma Nicholas R. Longrich, del Departamento de Geología y Geofísica en Yale y autor principal del estudio. "Pero afectó a todo el ecosistema. Serpientes y lagartos fueron golpeados muy duramente". Ocho de cada diez especies de serpientes y lagartos existentes entonces murieron y cuanto más grande era la criatura, más probabilidades tenían de extinguirse. Ninguna especie mayor de medio kilo logró sobrevivir. 
 Los resultados se basan en un examen detallado de fósiles de serpientes y lagartos previamente recogidos en el oeste de América del Norte, desde Nuevo México a Alberta, Canadá. Los autores examinaron 21 especies previamente conocidas y también identificaron nueve nuevas. 
 Encontraron que una notable variedad de especies de reptiles vivieron en los últimos días de los dinosaurios. Una serpiente era del tamaño de una boa constrictor, lo suficientemente grande para devorar los huevos y crías de muchas especies de dinosaurio. Lagartos herbívoros similares a iguanas habitaban el suroeste, mientras que otros lagartos carnívoros cazaban a través de los pantanos y llanuras inundadas de lo que hoy es Montana. Algunos de ellos medían hasta 1,80 metros de largo. 
 "Los lagartos y serpientes rivalizaban con los dinosaurios en términos de diversidad. Es tan justo hablar de la Era de los Dinosaurios como de la Era de los Lagarto"», afirma Longrich. Tras analizar los fósiles, los científicos se dieron cuenta de que muchos de estos animales desaparecieron a finales del Cretácico, a partir del impacto de asteroide. 
 El lagarto Obama
 Una de las ramas más diversas de lagartos que desapareció fue la Polyglyphanodontia. Esta amplia categoría incluía hasta el 40% de todos los lagartos que vivían entonces en América del Norte, según los investigadores. Al reevaluar los fósiles recogidos previamente, se encontraron con una especie sin nombre y lo llamaron Obamadon gracilis. En América, odon significa 'diente' y gracilis 'estilizado' y... todo el mundo conoce al presidente Obama (no hay significado político, es una diversión taxonómica, según los científicos). Probablemente medía menos de 30 cm de largo y comía insectos. 
 La masiva pero no total extinción de las serpientes y los lagartos allanó el camino para la evolución y diversificación de los supervivientes mediante la eliminación de sus competidores. Hay alrededor de 9.000 especies de lagartos y serpientes vivos hoy en día. "Ellos no ganaron porque se adaptaran mejor, básicamente ganaron por defecto, ya que todos sus competidores fueron eliminados", explica Longrich. 


Recreación del cráter de Chicxulub.

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