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miércoles, 24 de octubre de 2012
A 50 años de predicciones tecnológicas. Los Supersónicos.
Los Supersónicos, 50 años después
Hace medio siglo proyectaron estar en 2062 pero no fue necesario tanto tiempo para
que esta familia nos demostrara las ventajas de vivir en el futuro.
Teléfonos celulares, videollamadas, puertas automáticas, edificios inteligentes, camas
solares, microondas, cepillos de dientes eléctricos y robots al servicio del hombre, son
solo algunas de las cosas que la caricatura Los Supersónicos (The Jetsons), producida
por los legendarios Joseph Barbera y William Hanna, presagió hace 50 años, cuando
comenzó a transmitirse por la cadena ABC.
El episodio inaugural, titulado Rosey the Robot, se transmitió el 23 de septiembre de
1962 y narraba la manera en la que Robotina llegaba a casa de los Supersónicos, luego
de que Ultra (la mamá) la adquiere en una tienda de sirvientas autómatas.
La primera secuencia de Los Supersónicos, que seguía a los memorables créditos
iniciales, muestra a Ultra sentada frente a un televisor colgado del techo que
sorprendentemente es plano, superdelgado y que tiene una cámara para las funciones
de videollamadas.
La escena podría replicarse a la perfección este 2012, es decir medio siglo después,
cuando las pantallas planas se encuentran cada vez más en los hogares y algunas
incluyen una cámara para que sus propietarios realicen videollamadas vía Skype.
Los adelantos tecnológicos que para esa época eran “inimaginables” aparecen en cada
uno de los 75 capítulos de las tres temporadas de la caricatura, que vivió uno de sus
mejores momentos en los años 80, cuando se programaron las nuevas temporadas en
Estados Unidos y se transmitieron por primera ocasión en México por el Canal 5 de
Televisa.
Los Supersónicos surgieron como una consecuencia del éxito de Los Picapiedra, por lo
que Hanna-Barbera buscó crear su contraparte, por lo que decidieron situar a los Sónicos
un siglo adelante, es decir en el año 2062.
La serie contiene los 24 episodios originales, que formaron parte de la primera
temporada transmitida en horario estelar entre septiembre de 1962 y marzo de 1963 por
la cadena ABC.
Esa primera temporada contó con un reparto de ensueño en su versión en español, al
incluir las voces de María Antonieta de las Nieves (Lucero y Cometín); Alejandro
Ciangherotti y Jorge Arvizu El Tata (Astro) y David Reynoso como el señor Cogswell.
Posteriormente se lanzó la versión moderna con un total de dos temporadas y 51
episodios transmitidos entre septiembre de 1985 y noviembre de 1987.
Si se analiza con detenimiento, existen rasgos similares entre Súper (Los Supersónicos),
Pedro Picapiedra (Los Picapiedra) y Homero (Los Simpson), tres padres de familia que
han dejado huella en la televisión nacional y que comparten, además de una familia de
clase media amorosa e incondicional, una serie de aspiraciones, preocupaciones y una
extraña habilidad para meterse siempre en problemas.
En Los Supersónicos resultó clave, además de su simpatía y carisma, el tipo de historias que abordaban, la actualidad temática y el tipo de relaciones que se establecían entre
los personajes, que los siguen haciendo igual de vigentes, incluso hasta la fecha.
Y es que al final, Súper se enfrentaba a problemas que pueden aquejar a cualquier
padre de familia: los gastos excesivos de su esposa Ultra, una hija adolescente (Lucero),
las travesuras de su hijo (Cometín) y los regaños del señor Júpiter, su jefe en la fábrica
de Engranes Espaciales (Spacely Sprockets).
La conexión del público con los personajes fue inmediata, pues resultaba casi imposible
no enamorarse de Súper, Ultra, Lucero, Cometín y Astro, el perro, una peculiar familia
futurista que se mofaba de la tecnología y ponderaba el amor, el cariño y la lealtad
sobre todas las cosas. Chicos y grandes se divirtieron con las aventuras de esta familia
que habitaba en el súper moderno edificio Sky Pad (¿Les suena el nombre?) y viajaban
por toda la galaxia sus autonaves.
Pero así como hay infinidad de objetos que Los Supersónicos presagiaron, existen otros
que siguen siendo un sueño para la humanidad, como el despertador en forma de
tostador que te expulsa de la cama, la maquina automática para el pedicure o las
cápsulas de desplazamiento, que girabas por la parte superior y te transportaban por el
espacio.
En ese futuro idóneo, también se reducen las jornadas laborales. Súper trabaja
solamente tres horas al día durante tres días de la semana, un modelo con el que todos
soñamos. Mención aparte merecen los autos voladores y las ciudades en el Espacio, que
resolverían de manera mágica los congestionamientos de las grandes ciudades.
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